Tu web. Qué gran y potente herramienta más de lo que nos pensamos, la solemos dejar en un segundo o tercer término. Si desde nuestras empresas, multinacionales, pymes, startups o incluso nosotros mismos como marca personal le diésemos la importancia que tiene para nuestra marca y/o producto, nos emplearíamos más en ella y todo, sería mucho más efectivo y funcionaría mejor. Porque es tu carta de presentación, tu mejor packaging y en el que más debes esmerarte.
Tu packaging en mucho más que un bote
La web de nuestra empresa es el packaging de tu producto. ¿El packaging? ¿En serio? ¿Pero el packaging no es lo que “envuelve” al producto en sí, lo que lo contiene? Exacto. Pero el packaging va mucho más allá de esa botella, de ese pack – Tetabrick, bolsa o embalaje. El packaging de tu producto es aquello que efectivamente, presenta a tu producto o servicio y captará la primera impresión del consumidor y cliente.
Es lo que hará que se decida por lo tuyo o por lo de la competencia porque, no nos engañemos, compramos, en la mayoría de las veces, por el impacto visual que nos causa lo que estamos viendo. Y eso, no es el producto o servicio que aún no hemos probado y que no podemos hacer ahí mismo en el espacio de compra por lo que hay algo que nos llega a convencer para elegirlo y después, si al usarlo nos gusta, volveremos a consumirlo.
Lo que nos hará determinar nuestro criterio de compra es lo que “envuelve” nuevamente a lo que después usaremos. Y hoy por hoy, todo está en Internet, todo lo vemos a través de una pantalla y lo encontramos en la Red. ¿Qué entonces recoge y da forma a nuestro producto / servicio antes de comprarlo y probarlo? El lugar en el que lo presentamos y ese, a pesar de redes sociales y otros soportes, es la Web de nuestra empresa. Esa es nuestra mayor y primera carta de presentación que damos a nuestro público.
Tu web, pieza fundamental de tu packaging
Es posible que ahora estés pensando que últimamente conoces a muchas marcas y productos a través de Instagram, Facebook o Twitter y así es y por eso también esos “packaging” deben ser perfectos y estar más que cuidados pero, cuando ves la marca ahí, en esos soportes, ¿dónde vas inmediatamente después? A la web a ver qué tal es, tener más información, ampliar detalles y después, incluso, llegar a comprarlo directamente ahí.
No puedes permitirte que, cuando has conseguido el objetivo de atraer a tu público a tu web, se fuguen de la misma porque no es perfecta. Y esto, ocurre de forma más habitual de lo que pensamos. La Tasa de Rebote de las webs actuales es muy elevada. Primero por la exigencia de la comunidad que tiene a su disposición tanto contenido y tantas webs para ver día a día que estará esperando algo diferente, nuevo, elegante, que se diferencia y que le dé una experiencia de usuario magnífica. Y segundo, porque si solo aterrizar en la home de tu página web, no les cautiva en los primeros 2 segundos, estarán fuera y todo tu trabajo de haber atraído a ese consumidor se habrá perdido.
El packaging de la mermelada de calabaza
Piensa en una persona que va por el supermercado mirando las estanterías de las mermeladas. Quiere y necesita una mermelada de calabaza, le han comentado que es exquisita pero realmente esa persona jamás la ha probado por lo que no sabe qué marca será mejor, cuál más dulce, y por tanto, qué escoger. Llega a la sección de mermeladas y ve muchos botes, muchos.
¿Cuál crees y además, sabes qué escogerá?
El que llame su atención visualmente. Eso está claro, estudiado y comprobado. De ahí que las empresas cada vez más inviertan en desarrollo de producto y diseño de packaging para ofrecer ese bote, esa tapadera y esa etiqueta única, diferente y que haga “flash” en quien pase por delante. La mermelada ya la probará después en casa y por supuesto, tiene que ser estupenda para que la persona repita pero eso, es un segundo paso. Lo primero es hacer un packaging perfecto para ese soporte (el supermercado) y ese producto (la mermelada).
Pues ahora piensa que tu web es ese bote de mermelada de calabaza que debe literalmente llamar para que se quede delante a la persona, coja ese bote y lo lea, lo tenga en su mano y definitivamente, se decida por comprarlo. Construye una web perfecta, invierte en diseño y también en copys, apuesta por lo que “se lleva” porque también en esto del diseño web hay “modas” y diferénciate dentro de las tendencias. Convierte tu web en ese bote de mermelada que no solo lo compra el que lo está buscando sino que hasta quien no come mermelada y menos de calabaza, al pasar por la estantería, se queda tan “enamorado” de su bote que se lo lleva, ya pensará para qué. Haz que tu web sea esa a la que se vuelve una y otra vez y se queda uno navegando minutos y minutos, que para una web eso es muchísimo.
Tu packaging empieza por tu web y después, soportes para trabajarlo no te faltarán.
Por María Alcaraz